La insulina es una hormona que se produce en el páncreas, la cual hace que la glucosa ingrese a las células de músculos, grasa e hígado, logrando que el azúcar que consumimos se transforme en energía.
La resistencia a la insulina ocurre cuando las células de músculos, grasa e hígado no responden a esta hormona y tienen dificultad al absorber la glucosa de la sangre. Entonces, el páncreas produce más insulina para lograr este proceso.
Mientras el páncreas pueda continuar produciendo insulina extra para completar este proceso, el nivel de glucosa en la sangre se mantendrá en un rango aceptable. Pero en el momento en que deje de hacerlo, los niveles de glucosa se elevarán, dando paso a la prediabetes.
La prediabetes significa que los niveles de glucosa en sangre están más elevados del rango, pero no tanto para hacer un diagnóstico de diabetes. Si estos niveles se mantienen altos, con el tiempo se puede desarrollar diabetes mellitus tipo 2.
Existen ciertos factores de riesgo que elevan la probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina o prediabetes, los cuales pueden ser genéticos o debido al estilo de vida:
Tener sobrepeso u obesidad
Ser mayor de 45 años o mayor
Tener un familiar directo con diabetes
No realizar actividad física
Tener presión arterial alta y niveles altos de colesterol
Tener historial de enfermedad cardíaca o accidentes cerebrovasculares
Tener síndrome de ovario poliquístico (SOP)
Aunque no se conocen con certeza las causas de la resistencia a la insulina y la prediabetes, se cree que los factores principales pueden ser el sobrepeso y la falta de ejercicio físico.
No existe una prueba específica para diagnosticar la resistencia a la insulina, pero un especialista puede definirla al encontrar niveles altos de glucosa en sangre, niveles elevados de triglicéridos y colesterol LDL (“malo”) y niveles bajos de colesterol HDL (“bueno”).
Si se tiene resistencia a la insulina, la actividad física puede ayudar a devolver la sensibilidad a la insulina. El ejercicio es fundamental tanto para tratar enfermedades como la diabetes, pero también para prevenirlas, por lo que se recomienda realizarlo de forma cotidiana, con la aprobación del médico.
Y aunque los factores genéticos no se pueden cambiar, sí se puede hacer un cambio saludable en el estilo de vida, eligiendo alimentos saludables, durmiendo lo suficiente todos los días, reduciendo el estrés y manteniendo los niveles de glucosa en sangre dentro del rango.
Consulte a su médico.
Fuentes: