Datos sobre el Trastorno del Espectro Autista

Conocido coloquial y erróneamente como “autismo”, el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un tipo de trastorno del desarrollo que afecta las habilidades del cerebro, principalmente la capacidad de socializar y comunicarse. El TEA incluye el Trastorno autista, el Síndrome de Asperger, el Trastorno desintegrativo infantil y el Trastorno generalizado del desarrollo.

El TEA aparece usualmente entre los primeros 3 años de vida del individuo y aunque las causas exactas se desconocen, se sabe que puede tener un componente genético, ser causado por ciertos medicamentos consumidos durante el embarazo o que podría ser provocado por el daño a la amígdala cerebral.

Los padres suelen notar síntomas de este trastorno a partir del año y medio de edad del niño, ya que los pequeños comienzan a tener problemas con los juegos de rol, las interacciones sociales y la comunicación verbal y no verbal. También en ocasiones ocurre que el niño tiene un desarrollo aparentemente normal hasta el 1 o 2 años de edad y después pierde de pronto estas habilidades sociales y de comunicación.

Los síntomas pueden ir de moderados a graves y son de distintos tipos. Una persona con TEA puede tener hipersensibilidad en sus cinco sentidos, afectarse cuando le cambian la rutina, tener movimientos corporales repetitivos o mostrar apego inusual a un objeto.

•En cuanto a la comunicación, puede tener dificultad para mantener una conversación, preferir los gestos sobre las palabras, tener un desarrollo lento o nulo del lenguaje y repetir constantemente palabras o frases.

•En el ámbito de la socialización pueden tener dificultad para hacer amigos, no participar en juegos de interacción, evitar el contacto visual, tener incapacidad para mostrar empatía y preferir mantenerse a solas.

•En cuanto a la respuesta sensorial puede no mostrar reacción ante sonidos fuertes, tener los cinco sentidos muy insensibles o hipersensibles, igualmente mostrar una respuesta al dolor casi nula o muy alta y fijarse en tocar superficies.

•También puede experimentar ataques de ira intensos, tener periodos breves de atención, ser agresivo con él mismo o con otros o mostrarse demasiado activo o demasiado pasivo, entre varios otros comportamientos.

Los pediatras deben realizar pruebas periódicamente para analizar el desarrollo del niño, aunque se realizarán exámenes más especializados si se tienen sospechas de TEA, por ejemplo, si a los 12 meses no balbucea ni hace gestos, a los 16 meses no dice palabras, a los 24 meses no dice frases espontáneas o pierde repentinamente las habilidades sociales y de comunicación.

El examen para diagnosticar TEA suele incluir una evaluación física y una neurológica, así como exámenes para definir si existe un problema genético o metabólico. Finalmente, un experto en TEA deberá realizar el diagnóstico, usualmente basándose en el Manual Estadístico y Diagnóstico de Enfermedades Mentales.

Los tratamientos comúnmente incluyen una o más de estas técnicas: análisis del comportamiento aplicado, terapia ocupacional, fisioterapia, terapia del lenguaje y del habla y medicamentos.

El TEA tiene un espectro amplio de síntomas, haciendo a la observación del niño la principal forma de guiar hacia un diagnóstico, que mientras más oportuno sea, mejor tratamiento y cuidado podrá darse al paciente.

Consulte a su médico.

Fuentes:

1. Trastorno del espectro autista. Medline Plus. [Internet], (s.f.). Disponible en:
   https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001526.html
2. ¿Qué son los trastornos del espectro autista? Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. [Internet], (s.f.). Disponible en:
   https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/autism/facts.html