Aunque algunas infecciones urinarias pueden ser asintomáticas, la mayoría las recordará por el ardor a la hora de ir al baño, o por el dolor en el bajo vientre. Son sumamente comunes y, sin embargo, hay formas puntuales de prevenir su aparición o resurgimiento.
Comencemos definiendo las infecciones urinarias: son enfermedades causadas por bacterias que entran a la uretra y producen inflamación. Aunque son muchos los tipos, podemos diferenciar dos como las más comunes: la cistitis, que es la inflamación de la vejiga; y la uretritis, que es la inflamación de la uretra.1
De estas, la cistitis es la más recurrente, y son las mujeres quienes más la presentan. Esto debido a que la uretra femenina es más pequeña, lo que favorece la acumulación de bacterias. Las probabilidades aumentan si se presentan cambios en la vida de la mujer como embarazos, que tienden a presionar la vejiga, o la menopausia, donde el nivel de estrógenos baja, alterando la flora y favoreciendo el crecimiento de las bacterias.1
En los hombres, por otro lado, las infecciones en vías urinarias aumentan conforme va avanzando su edad, y están relacionadas directamente con alteraciones prostáticas.1 En general, es de suma importancia tratar a tiempo esta clase de padecimientos, ya que con el tiempo la infección podría pasar de la vejiga o uretra hacia los riñones.
Existen hábitos de higiene y cuidado que pueden ayudar a mantener lejos este tipo de enfermedades. Te compartimos cuatro recomendaciones que te pueden ayudar.
Tomar suficiente agua
Un sistema urinario sano puede ser la primera y más importante línea de defensa contra una infección. La orina tiene propiedades antibacterianas, por lo que su flujo a través de los conductos diluye y elimina bacterias.1 Tomar agua es, entonces, un hábito que nos ayuda a mantener nuestro interior en movimiento y por lo tanto en bienestar.
Usar ropa interior de algodón
Las fibras naturales favorecen la ventilación de la zona, así como la absorción de la humedad, previniendo la generación de bacterias.2 Materiales como el nylon, por otro lado, facilitan la sudoración, creando ambientes húmedos donde fácilmente pueden desarrollarse las infecciones.
Orinar después de tener relaciones sexuales
Esta recomendación es para ambos sexos, aunque para las mujeres podría ser más beneficiosa por las diferencias anatómicas. La uretra de la mujer es más pequeña, y la distancia entre ésta y el ano también es menor. El flujo es lo que ayuda a mantener la zona libre de bacterias, y puede prevenir que se dé una infección postcoital.
Limpiar correctamente los genitales después de ir al baño
En el caso de las mujeres la limpieza después de usar el baño debe ser de adelante hacia atrás. De hacerlo a la inversa se corre el riesgo de traer bacterias hacia la uretra y la vagina, facilitando el desarrollo de una infección.
Sin embargo, hay que recordar que hay infecciones de las vías urinarias cuyo origen puede ser genético o responder a una infección anterior que ya es resistente a ciertos antibióticos, por lo que es mejor acudir con un profesional de la salud y darle un seguimiento específico.
Consulte a su médico.
Fuentes: